Cuando pensamos en el café, lo visualizamos en su fase final, pero para poder distinguirlo es muy importante conocer su origen, el cafeto.
Para las personas que trabajan en cualquier eslabón de la inmensa cadena cafetera y que buscan la faceta profesional de su labor, así como el fiel consumidor, normalmente apasionado de este producto y que quiere entender un poco más de por qué en cada lugar donde toma café tiene un sabor tan diferente, la primera pregunta para empezar a entender este universo debería ser: ¿Qué es el café?.
Al mencionar la palabra café, lo primero que nos viene a la cabeza es una taza con un líquido oscuro en su interior y un aroma más que embaucador. Es curioso que con el proceso y largo viaje que recorre este producto, la primera imagen que nos venga a la mente sea la de su estado final. La imagen de su última fase o última estación de su más que largo y complicado camino.
En cambio si escuchamos la palabra pollo no nos imaginamos una pechuga empanada con salsa de tomate por encima, nos imaginamos al animal, al origen del producto. Es una realidad nos revela la falta de cultura cafetera y el desconocimiento que existe alrededor de esta bebida amarga y de color oscuro.
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De dónde viene el café
El origen empieza en un arbusto llamado Cafeto, este arbusto en estado silvestre puede alcanzar hasta los doce metros de altura. Es importante remarcar que aunque sea un arbusto, es una planta bastante corpulenta, aunque en futuras publicaciones ya entraremos en materia sobre las diferentes botánicas del Cafeto, que por supuesto también afecta a la calidad y al sabor final del café de la taza.
El cafeto produce una fruta que se llama cereza del café, esto es muy importante y nos revela la primera clave sobre este producto, algo que mucha gente ni se había planteado.
Pues resulta que sí, el café es una fruta!!! Y como fruta que es, ya nos empieza a revelar las primeras pistas sobre los sabores que nos va a brindar. Por que todas las frutas tienen un denominador común: con una madurez óptima tienen una gran cantidad de azúcares.
El fruto del cafeto, la cereza de café está compuesto por una capa exterior denominada piel, luego va seguido por la pulpa o mucilago, que es la carne de la fruta, el equivalente a la parte de la manzana que nos comemos. A continuación encontramos el pergamino, una capa que recubre cada una de las dos semillas que contiene la cereza, o lo que es lo mismo, recubren el grano de café tal y como lo concebimos, que es la semilla de la cereza del cafeto
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Hoy en día consumimos esta semilla molida y preparada de distintas maneras, convirtiéndola en esa bebida caliente y revitalizadora que todos amamos. Su procedencia viene de distintos países como Brasil, Colombia, Indonesia… y podemos encontrar desde los cafés más comunes, hasta otros meticulosamente cultivados y elaborados cómo los cafés de especialidad.