En Café Barsel llevamos casi tres décadas dedicándonos a una sola cosa: crear cultura de café. Desde nuestros inicios en 1996 hasta nuestro salto definitivo al mundo del café de especialidad en 2013, nos hemos comprometido con cada taza. Por eso, hoy queremos contarte algo más que una simple comparación: vamos a sumergirnos en el universo del Café Americano y el Espresso, dos estilos icónicos que, aunque parten del mismo origen, despiertan sensaciones muy distintas.
¿Qué es un Espresso y por qué es tan especial?
El espresso, esa pequeña gran taza que revolucionó el mundo, tiene raíces profundamente italianas. Su historia comienza en 1901, cuando Luigi Bezzera desarrolló la primera máquina capaz de preparar café rápidamente mediante presión. Nacía así una bebida intensa, con cuerpo, con crema en la superficie y con una potencia que no solo es física, sino también emocional.
En Café Barsel, cuando hablamos de espresso, hablamos también de técnica, de precisión y de respeto por el grano. Porque cada extracción que hacemos parte de cafés cuidadosamente seleccionados, tostados artesanalmente en nuestras instalaciones y tratados con el mimo que solo una empresa familiar y apasionada puede ofrecer.
El Café Americano: suavidad con historia
La historia del café americano es casi una anécdota con alma. Durante la Segunda Guerra Mundial, los soldados estadounidenses en Italia encontraban el espresso demasiado fuerte. Pedían rebajarlo con agua caliente, naciendo así el café americano. Una mezcla más ligera, ideal para quienes disfrutan del café sin la intensidad del espresso, pero con ese fondo característico.
Hoy, el americano es una opción muy valorada, especialmente en cafés de especialidad como el nuestro, donde lo preparamos siempre partiendo de un espresso perfecto. Solo así logramos que, incluso con agua añadida, la bebida conserve su complejidad y matices.
Diferencias en preparación: técnica vs ritual
Aunque tanto el espresso como el americano comparten un punto de partida, su preparación cambia radicalmente:
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El espresso se elabora forzando agua caliente a alta presión a través de café finamente molido, en unos 25-30 segundos. El resultado es una bebida concentrada de unos 30 ml.
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El americano se prepara añadiendo entre 120 y 200 ml de agua caliente al espresso, dando lugar a una bebida más prolongada y suave.
Ambos estilos requieren atención. En Café Barsel enseñamos a nuestros clientes a dominar estas preparaciones, ya sea en nuestras formaciones presenciales o a través de contenido educativo. Porque para nosotros, hacer un buen café es mucho más que apretar un botón.
Sabor y sensaciones: intensidad frente a delicadeza
Aquí es donde realmente se marcan las diferencias entre el café americano y el espresso:
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El espresso ofrece un golpe de sabor, un cuerpo denso y un retrogusto persistente. Ideal para quienes buscan una experiencia corta pero poderosa.
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El americano suaviza esa intensidad, haciéndolo perfecto para disfrutar a sorbos largos, en una charla, una lectura o una mañana de trabajo.
Y es que en Café Barsel creemos que no existe un café “mejor” que otro, sino un café adecuado para cada momento. Por eso tostamos de forma individual cada origen y cuidamos la trazabilidad desde el agricultor hasta tu taza.
Café de Especialidad: la clave para disfrutar ambos
Tanto el espresso como el café americano alcanzan su máxima expresión cuando parten de un café de calidad. Y ahí entra nuestro compromiso. Desde hace años trabajamos directamente con caficultores, eliminando intermediarios y asegurando que el valor quede en origen. Esto no solo mejora la vida de los productores, sino también la calidad del grano que recibimos.
Además, nuestro proyecto 2030, centrado en la sostenibilidad, nos empuja a innovar en cada etapa del proceso: desde envases reciclables de metal hasta tostadoras que reducen emisiones y consumen menos energía. Porque cuidar el planeta también forma parte del sabor del café.
¿Con cuál te quedas tú?
El espresso y el café americano son dos caras de una misma pasión. En Café Barsel los vivimos a diario, ya sea calibrando nuestras máquinas, catando nuevos orígenes o compartiendo una taza con nuestros clientes. Lo importante no es elegir uno sobre el otro, sino descubrir cuál se adapta mejor a tu momento.
Así que la próxima vez que te preguntes si pedir un espresso o un americano, piensa en lo que necesitas. ¿Intensidad inmediata o una pausa prolongada? En cualquier caso, que sea con buen café. Que sea con alma. Que sea con Café Barsel.